Andros

Brad´s Mountain 
Bajo coralino, que comienza en 9 metros de la superficie, descendiendo hasta los 18 metros. Un punto ideal para una inmersión poco profunda, por la tarde, ya que a esta hora es cuando se agrupan más animales, posiblemente preparándose para pasar la noche ocultos en alguna de las múltiples cavidades que horadan la montaña. Abundan los meros, peces loro azules y rojos, peces ángel francés y lutjánidos. Más alejados, o merodeando sobre la montaña es frecuente contemplar carángidos ojo de caballo y algunas barracudas.

Diana´s Dungeons
Buceo típico de arrecife coralino mezclado con pared oceánica. Numerosos corales asta de alce forman un compacto arrecife, surcado por centenares de sinuosos pasillos, en donde se acumular gorgonias y esponjas, junto a estas podremos contemplar una gran diversidad de peces, tales como loros, ballestas, meros, pez ángel, mariposas, gramátidos, e incluso alguna barracuda acechando a posibles presas. En las gorgonias moradas, sistemáticamente localizaremos ovúlidos y con algo de suerte curiosos nudibranquios.

Guardian  Blue Hole
Esta inmersión no se realiza en el mar, ya que este punto es uno de los denominados “Island Blue Hole”, es decir  cuevas que están tierra adentro. Es muy complejo y se han explorado 700 metros de galería (Brian Kakuk en 1995), con profundidades de hasta 133 metros,  pero su parte inicial (una penetración de 150 m.) no es difícil, si se dispone del entrenamiento adecuado y manteniendo las medidas de seguridad correspondientes. A lo largo del recorrido  podremos ver numerosas formaciones calcáreas y un buen número de fósiles, desde caracolas y caparazones de tortuga a mandíbulas de mamíferos del cuaternario. Todo esto, sumado al agua – aceptablemente clara – color ocre o verde, dependiendo de las zonas, le dan un alo especial a esta inmersión.

Hole in the Wall 
En esta inmersión se mezclan el buceo de pared, el buceo profundo y el buceo en cuevas, una combinación interesante, pero explosiva al mínimo descuido. La primera entrada del túnel se encuentra a 36 metros de profundidad y la segunda a 48 metros, dándonos acceso a un amplio recorrido casi vertical, que desemboca nuevamente en la pared, a la delicada profundidad de 60 metros. Como es evidente, una inmersión para buceadores técnicos más que para buceadores recreativos, ya que es difícil no superar los límites máximos de 40 metros. Durante el recorrido interior no encontraremos apenas vida, mientras que en el regreso, que se suele realizar por la pared, abundan las esponjas, gorgonias y los peces de arrecife se alternan con algunos carángidos y peces ballesta del Atlántico.

Klein´s Reef 
Rompiendo con la dominante de las inmersiones en Andros, este lugar ofrece un  buceo fácil, poco profundo y sin cuevas ni cavernas. Simplemente buceo de arrecife. Toda la inmersión tiene lugar en una amplia plataforma coralina, que no supera los 15 metros. El lugar está repleto de pequeños macizos coralinos dominando el paisaje los majestuosos asta de alce, por todas partes abunda el coral de fuego, cerebros de Neptuno y gorgonias moradas y ocres.  Los claros de arena coralina le dan una gran luminosidad al lugar, y en estos puntos podemos encontrar rayas, gobios y anguilas de jardín. Justo en el zócalo del arrecife, donde se une la arena y el coral, es frecuente encontrar descansando a los meros de Nassau, que parecen no inmutarse con la presencia de los buceadores. Junto a estos peces trompeta, peces mariposa, algún pez lima, peces ardilla y morenas. Un lugar recomendado para romper el duro ritmo del buceo en cuevas.

Marrion 
Uno de los pequeños pecios de la isla, o al menos en de los que se pueda bucear. Sobre un lecho de arena, a 21 m. de la superficie, podemos localizar los restos de una gabarra de construcción, hundida a finales de los ochenta, y con toda la estructura de grúas derrumbada. Junto a esta, una  robusta excavadora sorprende a los visitantes, ya que es lo último que uno puede esperar ver en una inmersión. En el interior del casco abundan los peces pequeños, que encuentran protección entre las chapas y vigas retorcidas, al igual que numerosos crustáceos, algunos de talla más que considerable. Bajo una de las chapas, los más curiosos se sobresaltaran con en hallazgo de un cráneo humano… pero no hay que preocuparse, es una broma – algo macabra – de escayola de algún divemaster.  

Ocean Blue Hole
Como su propio nombre indica, de nuevo nos encontramos con la posibilidad de buceo en entornos cerrados, pero de una forma fácil y apta para buceadores recreativos. Una fractura en la pared, que localizamos a 14 metros de la superficie, nos conduce hasta una inmensa entrada que se transforma en una sala de proporciones majestuosas, de más de 100 metros.  Esta parte de la caverna se localiza a 25 metros, y al fondo de la sala alcanzamos el inicio de la galería, ya próxima a la cota de – 40 m., a partir de este punto solo se aceptan buceadores entrenados en este tipo de buceo, y dispuestos a realizar un interesante recorrido a 60 metros de la superficie.

Skeebo 
Lugar frecuentemente visitado por tiburones grises, tortugas carey, carángidos y otros pelágicos. Sobre la pared se alternan esponjas costilla de caballo, esponjas de tubo, gorgonias y demás especialistas en la captura de nutrientes marinos. Junto a esta buena muestra de invertebrados, también encontraremos muchos peces de arrecife,  algunos en cardúmenes. Los crustáceos son también abundantes, gambas comensal, cangrejos  o langostas, la mayoría más activos durante la noche.

Stargate 
Agujero Azul de renombre mundial. Pese a encontrarse en el interior de la isla, en la parte inicial la falta de visibilidad, que no de trasparencia, denotan la presencia de agua salada y dulce. La entrada  resulta algo compleja, por no estar esta en cielo abierto, pero pasado este primer escollo, su recorrido nos deparará una inmersión de gran belleza, con numerosas estalactitas y estalagmitas sumergidas, coladas calcáreas e incluso fósiles y  algunos troglobios, catalogados recientemente. Una cavidad muy técnica, que no perdona, pero que brinda a los más expertos la posibilidad de llegar más allá de donde nadie llego. Hasta la fecha se han explorado 2.100 metros con una cota máxima de profundidad de 98 metros.

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