EL NUEVO SANTUARIO MARINO DE GALÁPAGOS PROTEGE DE LA SOBREPESCA A LA POBLACIÓN MUNDIAL DE TIBURONES
El pasado lunes 21 de marzo de 2016, el Presidente del Ecuador Rafaél Correa convirtió en ley la creación del Santuario Marino Darwin y Wolf, cubriendo 18.000 millas cuadradas (47.000 kilómetros cuadrados) de aguas que rodean las Islas Darwin y Wolf. Esta área representa cerca de un tercio del agua alrededor de las islas y es aproximadamente del tamaño de Bélgica. El santuario, que forma parte de las 80.000 millas cuadradas de la reserva marina creada en 1998, incrementará su ya elevado nivel de protección ambiental mediante la prohibición de toda industria extractiva incluyendo la pesca, la extracción petrolera y la minería.
El área es hogar de numerosas especies marinas, especialmente de tiburones. De acuerdo con reportes presentados, “más de 34 especies diferentes de tiburón se encuentran en las costas de Galápagos, incluyendo la especie de tiburón más grande, el tiburón ballena que se alimenta por filtración, el migratorio tiburón martillo y el tiburón de Galápagos”. Los científicos aprecian la oportunidad que esta zona de veda ofrece a los tiburones martillo, especie en peligro de extinción, y tiburones ballena, los mismos que aprovechan esta área de manera importante para su ciclo reproductivo.
El declarar esta zona como santuario marino significa que no se permitirá la pesca en el área. Esta decisión protegerá a la increíble variedad de peces que se han identificado en la zona: 17.5 toneladas por hectárea en promedio de acuerdo con un nuevo estudio realizado por Pelayo Salinas en la Estación Científica Charles Darwin. National Geographic indica que esta cantidad “es de aproximadamente el doble de tamaño que la segunda área más grande conocida por la ciencia, el cercano Parque Nacional Isla Cocos en Costa Rica”.
En un estudio muy respetado, Boris Worm y sus coautores han estimado que se está acabando con la población de tiburones alrededor del mundo a una tasa de entre el 6,4% y 7,9%, generalmente como parte del intercambio ilegal de aletas de tiburón usadas en sopas del mismo nombre, que son consideradas un manjar en la cocina asiática. Este nivel de matanzas sobrepasa a la tasa de crecimiento de la población y corre el riesgo de exterminar numerosas especies de tiburones que, a menudo, son los principales predadores en sus cadenas alimenticias. Por lo tanto, su desaparición amenaza ecosistemas enteros.
Este proyecto de santuario, realizado con el apoyo de la Fundación National Geographic, incluye ciertos fondos de compensación para pescadores locales y reconoce la posibilidad de mayores oportunidades de pesca en otras áreas donde dicha actividad sí es legal. Además, se permitirá el turismo en el santuario, pues representa no solo un gran beneficio para la comunidad local sino también para el Ecuador en su conjunto. El proyecto de National Geographic sobre mares vírgenes ha estimado que tan solo un tiburón que quede con vida equivale aproximadamente a 5.000.000 US$ en ingresos por turismo durante toda su vida con relación a los 200 US$ que vale una vez capturado y vendido por los pescadores.